De la evaluación.
De la evaluación.
La evaluación en la escuela es un proceso continuo que sirve al profesor para saber que camino debe seguir para lograr de sus alumnos el mayor rendimiento. Sirve para saber de donde partimos, pero no es muy fiable si se trata solamente de controles puntuales y demasiado espaciados. Porque un alumno no debe cansarse haciendo pruebas escritas que solo pretenden mejorar sus posibilidades nos parece que una semana de exámenes es peor que hacer exámenes cada semana. Partiendo de la base de que un profesor, en primaria, no necesita hacer controles escritos para averiguar lo que sus alumnos necesitan, sin embargo, el control o examen gusta, desde el exterior de la escuela, como instrumento para controlar también la marcha de la clase y del profesor. Si los alumnos van a alguna academia, es a través del examen como se sabe lo que el profesor pide y, desde ahí, y no, con una coordinación explícita, intentan ayudar al alumno a comprender y a aprobar. Por esta razón también, afirmamos que es mejor hacer mas controles y mas seguidos que súper exámenes de evaluación y solo dos semanas al trimestre. El alumno empieza la semana de exámenes un lunes con mucha fuerza y entusiasmo y acaba el viernes que no sabe que poner en la hoja para acabar de una vez. Por lo tanto los resultados no son fiables, al profesor no le sirven mas que para poner una nota, al de la academia le han llegado demasiado tarde y para el alumno son una pesadez.
Sin embargo, si se van haciendo controles todas las semanas, como una prueba escrita que sirva para que el profesor vea la marcha de los acontecimientos, le sirven a la familia y al de la academia para poner remedio o para estar tranquilos y al alumno como acicate para poner atención o para disfrutar de sus resultados. Como es solo uno a la semana no se agobia nadie y se pueden tener tanto numero de notas como si se hicieran los súper exámenes de evaluación, que desde nuestro punto de vista no responden a una evaluación continua que pretende corregir el camino según se camina y no, cuando ya se ha llegado.